Claudio Fermín: Mi conducta política no es tutelada - Enfoques

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4 jun 2024

Claudio Fermín: Mi conducta política no es tutelada



Con información de Tal Cual

El profesor universitario asegura no ser indulgente con el gobierno de Nicolás Maduro, al tiempo que es enfático al referirse a los sectores de la llamada oposición democrática que apelaron a acciones como La Salida, el gobierno interino o el impulso de las sanciones internacionales.

–Si no nos equivocamos, esta es su cuarta postulación. ¿Por qué quiere ser Presidente en los comicios de julio?

–Me postulé por vez primera en 1993, por cierto, soy el último militante de Acción Democrática que estuvo de candidato presidencial antes de que tuviesen candidato propio ahora. Mi segunda postulación fue en el 2000, cuando el comandante Francisco Arias Cárdenas fue el segundo comandante postulado, además de Chávez. Había que postular una candidatura civil y surgió cuando yo ya no estaba en AD. En esta ocasión nos ha atrapado otro debate. Yo tengo muchos años siendo de la prédica de enfrentar la confrontación extrema, sostengo que, aparte de las erradas políticas económicas fracasadas, hay un tercer acompañante como causante de la crisis que es la conflictividad permanente. El modelo político de la confrontación extrema genera en el país tanta desconfianza y tanta inseguridad como lo genera la inseguridad jurídica, las expropiaciones y la corrupción. Bajo este esquema, el país se ha ido concentrando en una bipolaridad, además alimentada por la sociedad mediática. Es una polarización no solo temática, está llena de belicosidad.

–¿Usted se presenta como una tercera vía?

–Desde el punto de vista del grafismo, no sería equivocado llamarlo una tercera, una cuarta vía. Lo que yo protesto es que la confrontación extrema, la rivalidad enfermiza, deja por fuera la discusión de las necesidades primarias de la sociedad. Esta candidatura quiere representar la presentación de las necesidades de los problemas del país por encima de las rivalidades entre los referentes políticos. La contienda política, el careo, no atiende esas necesidades. El modelo político tiene que ser un modelo de entendimientos, de acuerdos, de alianzas. El modelo político que planteo no es la narrativa de la venganza.

–¿Cuáles son las propuestas concretas que tiene para llegar a un modelo acertado?

–El modelo que nuestro país urge es un modelo de integración política. La sociedad está urgida de reconstrucción, aquí los servicios públicos están en el piso. Hay que ver lo que le cuesta a cualquier familia conseguir agua. Tenemos un presupuesto nacional que no llega ni siquiera 9.000 millones de dólares, cuando hace tan solo nueve años, estaba encima de los 90.000 millones de dólares. El Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido mucho más del 60%. El salario no alcanza.

Además, estamos en un proceso de aislacionismo. Tenemos ya varios años que la suerte del país la decide el Grupo de Lima, la Unión Europea o la deciden las fases previas de la elección norteamericana, es decir, el Departamento de Estado, y hoy estamos sometidos a un bloqueo que es una puñalada contra el país. Necesitamos cooperación, necesitamos integración y esto se afronta con entendimiento y eso más que un cambio político es una mutación política. Un gobierno de integración, vamos a ponerle un retrato hablado: que los representantes de Fedecámaras, de las asociaciones de productores, de ganaderos, de los representantes de los sindicatos; de los Consejos de Escuela y los Consejos de Facultad, y los partidos políticos, que converjan en un programa mínimo, formen parte de la toma de decisiones nacionales.

–¿Escuchará a todos los sectores del país?

–No solo escucharlos. El modelo participativo de hoy en día es insuficiente. Necesitamos que las fuerzas que pueden mover el país formen parte de los procesos. Hay que tomar medidas heroicas para superar esta situación de hambre, miseria y atraso que el país tiene. Aquí ha habido tres grandes elementos que han impedido las inversiones: las políticas invasivas de estos 25 años, expropiaciones, confiscaciones, acoso al sector comercial, el cambio de leyes (…) Un segundo elemento de desconfianza y de inseguridad fueron esos cinco años de paralelismo institucional con la supuesta presidencia provisoria de Juan Guaidó; y el tercer elemento ha sido el bloqueo, que ha sido una conspiración protagonizada por muchísimos países. Ningún país puede surgir si no se une.



–¿Cómo se organiza su partido en la campaña y de cara a las presidenciales? ¿Cómo se prepara para este proceso del que ha señalado no es del todo competitivo?

–En Soluciones para Venezuela vemos con espanto cómo se utilizan los dineros del Estado en la campaña electoral del PSUV. Vemos con espanto, y con razón uno comprende, que la ley contra las ONG era contra este expediente que se ha construido en el que el Departamento de Estado, y otras potencias, financiaban partidos políticos venezolanos simulando que estaban donando a las ONG. Esta situación es muy distinta de las organizaciones políticas que somos de gente sencilla. Con todo y eso, yo no me sumo a decir que es un proceso no competitivo: ¿Qué significa que no todos son iguales? AD tiene 83 años, Soluciones tiene cinco. No puede Soluciones tener el arraigo que tienen las organizaciones de muchos años.

–¿Con qué cuenta Soluciones?

–Es una organización emergente, nueva, que está consciente de que su valor es su argumento, su recurso es su propuesta, su densidad temática, contra la confrontación extrema y a favor de la soberanía. Fíjese que las desgracias traen también aliados. Hay partidos, por ejemplo, que no lograron su legalización ante el CNE, como Alianza Centro que decidió respaldar mi candidatura, así como Innovación por Venezuela también, tenemos Independientes por Venezuela y los bomberos organizados. Cuando Fuerza Vecinal decidió apoyar a Ecarri y otro grupo lo hizo con Edmundo González Urrutia, hubo un grupo liderizado por la organización en Apure que también tomó la decisión de respaldar mi candidatura. Ocurrió también con gente de Prociudadanos y hay camaradas que eran del PSUV que no están de acuerdo con lo que ocurre. En Soluciones somos un punto de encuentro.

–Ha dicho que la campaña electoral se ha llenado de incertidumbre por los cambios con la inscripción de candidatos. También ha referido a candidatos tutelados por potencias extranjeras: ¿En este último caso se refiere a Edmundo González Urrutia?

–No he hecho en mi campaña ningún señalamiento contra ningún candidato. No es mi papel evaluar a los candidatos. Yo discuto temas políticos (…) Donde quiera que haya una penetración extranjera, bien sea Raúl Castro tutelando una decisión del partido político A, o Donald Trump tutelando una decisión del partido político B, o ahora el presidente Petro; tenemos en Soluciones una posición venezolanista, de patriotismo, eso no es una autarquía. La política venezolana es de los venezolanos. Pero no acepto injerencia extranjera y es evidente que hay injerencia extranjera detrás de la candidatura de la Plataforma Unitaria, por el financiamiento, por los vínculos con el Departamento de Estado, por las posiciones alrededor de la presidencia interina, y hago un llamado a que esos partidos hagan una autocrítica, así como debe hacerlo el PSUV y dejar atrás la política del estatismo. Este sector opositor debe reivindicar la soberanía nacional.

–¿Usted no declinaría a favor de González Urrutia?

–Creo que he hablado muy claro, mi candidatura tiene un perfil temático. Es partidaria de un gobierno de integración, patriótico. ¿Qué cuentas puede presentar la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que presidió González Urrutia? Yo represento algo muy distinto de eso, de tal manera que las alternativas temáticas están sobre la mesa. Por eso yo le pido al país que cambie de opinión.

–El candidato Luis Eduardo Martínez dijo en entrevista con TalCual que “todos somos alacranes”. ¿Usted se considera un alacrán?

–No sé por qué Martínez se considera así, yo no. Me considero un activista político, una persona comprometida con mis ideas, las propuestas que hago vienen de mi conciencia y de mi criterio, de la conducta que he tenido siempre: una conducta política autónoma. Mi conducta no es tutelada ni económicamente ni filosóficamente por intereses ajenos a los de Venezuela.

–Desde la Plataforma Unitaria, incluso María Corina Machado y González Urrutia, insisten en que Venezuela está a las puertas de una transición política. ¿Usted ve algún indicio o rendija sobre el inicio de un proceso de esta naturaleza?

–Aquí se ha querido abusar de la palabra transición cuando realmente lo que revela es un cambio permanente. Cuando el presidente Maduro optó por permitir la libre circulación del dólar hubo un proceso de transición económica. Cuando Maduro tuvo que sentarse a hablar en México y en Barbados con quienes le organizaron golpes de Estado y estos admiten que si la gente tiene diferencias debe sentarse, allí hay una transición. La transición son cambios, unos son más marcados, otros son continuos y otros son interrumpidos, pero las sociedades siempre están en transición. Lo que sí es verdad es que puede haber cambios violentos y cambios democráticos, hay gente que es partidaria de cambios violentos y hay quienes somos partidarios de cambio pacíficos y de cambios convenidos.