EE.UU. intensifica espionaje contra China ante fracaso de políticas de restricción

A diferencia de las medidas extremas tomadas por los políticos estadounidenses, algunos fabricantes de chips occidentales han mantenido una mentalidad racional.

Según el Global Times, Estados Unidos (EE.UU.) ha intensificado sus esfuerzos para contener el avance tecnológico de China, recurriendo a medidas desesperadas como el espionaje y la restricción de exportaciones.

Mark Warner, presidente del Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU., instó a las agencias de inteligencia del país a aumentar el seguimiento de la tecnología de la nación asiática.


«Sólo tenemos que seguir mejorando nuestro juego y seguir lo que China está haciendo, no sólo en este espacio de chips, sino francamente en muchos otros dominios».

Ese mismo día, Reuters informó que Washington estaba presionando a los Países Bajos y a Japón para que restringieran más equipos de fabricación de chips a Beijing.

Para los políticos estadounidenses, las agencias de inteligencia se han convertido en las instituciones más agresivas en las áreas más críticas de la competencia entre ambos países, dijo Li Haidong, profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China.

Todas estas medidas fueron catalogadas como «histéricas» por Lü Xiang, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, quien recordó que ningún país puede sostener su propio desarrollo mediante políticas proteccionistas.

Cabe destacar que, en marzo de 2024, se supo que EE.UU. también instó a sus socios a endurecer las restricciones al acceso de China a la tecnología de semiconductores.
Empresas neutrales

A diferencia de las medidas extremas tomadas por los políticos estadounidenses, algunos fabricantes de chips occidentales han mantenido una mentalidad racional.

El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, declaró recientemente que Intel quiere suministrar tantos chips como pueda a China, advirtiendo que unos controles de exportación demasiado estrictos en Estados Unidos sólo estimularían a la principal economía de Asia a desarrollar sus propios semiconductores.

“De hecho, lo que más temen las empresas estadounidenses de chips no es más que la naturaleza impredecible y volátil de las políticas de Washington respecto a la industria tecnológica en relación con China”, reseña el artículo.