El Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina informó que el país registró un índice de inflación interanual de 117,8% para el mes de diciembre, como resultado del primer año de marcados ajustes del mandato ultraliberal de Javier Milei.
El país austral cerró el año con una inflación acumulada inferior a la de 2023, que se ubicó en un 211,4%; mientras que los precios al consumidor subieron un 2,7% en comparación con noviembre, lo que según el ministro de Economía, Luis Caputo, confirma «la continuidad del proceso de desinflación».
Pese al optimismo de algunos analistas sobre el impacto de la “motosierra” de Milei basada en despidos y reducción del gasto social, otros especialistas señalan que la desaceleración del ritmo inflacionario es el único logro que puede mostrar el gobernante.
«Se sustenta en algunas anclas económicas, que repercuten en la calidad de vida de la población, de las mayorías principalmente trabajadoras y los jubilados. Principalmente, el ancla fiscal, esto del superávit cueste lo que cueste», objeta María Celina Calore, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
Calore subraya que «el principal peso del ajuste lo sufrieron las prestaciones sociales». Y recuerda que «la mayoría de los salarios sufrieron un fuerte ajuste y eso lo que ha hecho es frenar la economía».
El analista político Jorge Arias, director de la consultora Polilat, considera que «el tema central es que la ha cumplido castigando a sectores sociales débiles. Algunos dicen aquí que Milei es fuerte con los débiles y débil con los poderosos», citó Deutsche Welle.