Brasil protesta a Estados Unidos por deportar migrantes esposados

Uno de los pasajeros dijo que en el avión contratado por el Gobierno estadounidense no les daban agua, iban amarrados de pies y manos y no les permitían usar el baño.

Tras el aterrizaje inesperado del avión que transportaba a 88 migrantes deportados desde EE.UU. en el aeropuerto de Manaos, capital del estado de Amazonas (norte), por problemas técnicos, la Policía Federal de Brasil se dio cuenta que las personas a bordo estaban con las manos esposadas y los tobillos amarrados.

El incidente se registró la noche del viernes y el ministro de Justicia brasileño, Ricardo Lewandowski, puso al tanto al presidente Luis Inácio Lula da Silva, mientras que denunció la flagrante falta de respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos brasileños.

Con esto, Lula ordenó quitar las esposas colocadas a los migrantes y transportarlos con un avión de la Fuerza Aérea hasta su destino final, es decir la ciudad de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais (sureste), para garantizar que “puedan completar el viaje con dignidad y seguridad”.

La Cancillería de Brasil ha informado que este país presentará un “pedido de explicaciones al Gobierno estadounidense sobre el tratamiento denigrante dispensado a los pasajeros en el vuelo”.

Uno de los pasajeros, identificado como Edgar Da Silva Moura, técnico informático que fue deportado tras siete meses detenido en Estados Unidos, en declaraciones concedidas a la agencia francesa AFP dijo que en el avión contratado por el Gobierno estadounidense no les daban agua, iban amarrados de pies y manos y no les permitían usar el baño.

Este es el primer vuelo para deportar a migrantes después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, asumió el cargo; no obstante, según autoridades brasileñas, no tiene nada que ver con la operación contra migrantes indocumentados, iniciada en Estados Unidos tras la asunción de Trump, sino que se trata de un entendimiento bilateral rubricado en 2017 entre las dos partes que todavía sigue en vigor.

Una fuente del Gobierno brasileño ha sostenido que los deportados que llegaron a Manaos viajaron “con sus documentos”, lo que muestra que estaban “de acuerdo” con el retorno al país.

“Las cosas ya cambiaron (con Trump), los migrantes son tratados como criminales”, afirmó Luis Antonio Rodrigues Santos, un trabajador autónomo de 21 años que llegó deportado en el vuelo.