Decadencia, medios y redes | Por: Harim Rodríguez

La decadencia de los valores de la sociedad está relacionada íntegramente con la decadencia de los contenidos que son transmitidos por los medios de comunicación masivos, a lo que hoy habría que agregar el catastrófico papel que pueden tener las redes sociales.

Esta tesis es desarrollada originalmente por varios autores de origen mexicano, lo que podría catalogarse como una corriente de pensamiento crítico del país azteca que pone en evidencia la relación que existe entre la calidad de los contenidos de los medios y la debacle en cuanto a los valores de convivencia, la manipulación de la información, la pérdida de identidad, la alienación social, la mercantilización de la cultura, la distorsión de la realidad, la exacerbación de los complejos y más importante aún, sobre la percepción individual que tienen las personas sobre sí mismos.

Esto nos recuerda también una de las frases más reiteradas por el autor Brian Tracy, quien ha dedicado su vida a estudiar la psicología del éxito. El estadounidense hace mucho énfasis en recordar que “todo cuenta”, todo lo que vemos, todo lo que escuchamos, todo lo que leemos, las series de televisión, las canciones que seleccionamos, “todo cuenta”.

Aquello a lo cual le dedicamos tiempo en nuestras conversaciones tiene un efecto en las percepciones y en la realidad que creamos a nuestro alrededor, insiste Tracy.

Siendo esto un argumento tan interesante habría que preguntarse que está sucediendo en las mentes de las millones y millones de personas en el mundo que hoy toman la decisión de dedicar gran parte de su tiempo a ver contenidos en redes sociales realizadas por “coachs” de las más inverosímiles “especialidades”, “influencers” que abordan temas que sólo conocen a través de una búsqueda básica en google, tiktokers vulgares que no tienen otro argumento que el chiste fácil y los muy populares reguetoneros.

Está en pleno desarrollo el estudio sobre los trastornos que podría ocasionar en las capacidades de atención de los niños y jóvenes su frecuente exposición a las redes sociales, pero si a este aspecto le agregamos los contenidos sin ningún tipo de filtro que llegan por obra y gracia del “algoritmo” a nuestros dispositivos entenderemos que estamos a las puertas de un mundo fuera de control.