El primer ministro de Francia, Michel Barnier, presentó este jueves al presidente del país, Emmanuel Macron, la dimisión de su Gobierno tras el histórico voto de censura por las disputas presupuestarias, que lo obligó a renunciar a su cargo junto con los miembros de su gabinete. El mandatario la ha aceptado, informan medios locales.
Macron ha solicitado tanto a Barnier como a su Gobierno que permanezcan en funciones hasta que se nombre a un nuevo primer ministro, informa la agencia Reuters citando un comunicado emitido este jueves por el Palacio del Elíseo.
Está previsto que Macron pronuncie un discurso a la nación esta jornada a las 20:00 (hora local), informan medios locales.
El presidente galo puede nombrar a un nuevo primer ministro, designar a Barnier como líder de una administración interina o bien erigir un gobierno tecnocrático, con un grupo de expertos, hasta que se celebren nuevas elecciones, en julio de 2025.
La Asamblea Nacional aprobó el miércoles por 331 votos la moción de censura presentada por la izquierda, superando la necesaria mayoría de 289. Hasta ahora, la única vez que una moción de censura provocó la dimisión de un gobierno de la Quinta República francesa había sido en 1962.
Barnier, quien recibió su nombramiento en septiembre, se convierte así en el primer ministro de menor duración en todo ese lapso. En su discurso final antes de la votación, el también exnegociador de la Unión Europea para el Brexit declaró que para él "seguirá siendo un honor haber servido dignamente a Francia y a los franceses".
Macron, por su parte, se mantiene firme en su intención de completar el resto de su mandato, hasta 2027. Sin embargo, tendrá que designar a un nuevo primer ministro por segunda vez, después que las elecciones legislativas de julio desembocaran en profundas divisiones en el Parlamento.
Hasta julio próximo no podrán celebrarse nuevos comicios legislativos, lo que, sumado a la actual fragmentación del Parlamento, plantea un posible estancamiento en la conducción gubernamental. Aunque Francia no corre el riesgo de un cierre de Gobierno, al estilo estadounidense, se teme que la inestabilidad política podría repercutir en los mercados financieros y provocar la subida de los tipos de interés, potenciando aún más la colosal deuda nacional.
Con información de Rusia Today